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24 ago 2015

PROBLEMAS DE ANSIEDAD

PROBLEMAS DE ANSIEDAD.

Los principales problemas psicológicos de ansiedad son:

El trastorno de ansiedad generalizada. Cuando las preocupaciones que tenemos son excesivas, constantes, no podemos desconectar de ellas y se extienden a casi todas las áreas de la vida (el trabajo, la educación de los hijos, asuntos económicos, etc.), podemos estar padeciendo un trastorno de ansiedad generalizada.    Como síntomas aparecen: inquietud, fatiga crónica, dificultades de concentración, irritabilidad, trastornos del sueño, tensión muscular y dolores. Esta preocupación generalizada ante tantas situaciones cotidianas, puede acabar interfiriendo en nuestro funcionamiento laboral, académico, social, etc. por lo que requerimos ayuda profesional para poder recuperar nuestro bienestar emocional.

Estrés. Aparece el estrés patológico cuando nos enfrentamos a una situación psicosocial claramente identificable (divorcio, desempleo, etc.) y nuestra respuesta a la citada situación es desadaptada, ineficaz  y nos hace sufrir. Suelen aparecer síntomas somáticos y conductuales que interfieren significativamente nuestra actividad laboral, académica, social, etc. Los estresantes que pueden desequilibrarnos son de intensidad variable, desde muy traumáticos (robo, violación, diagnóstico de un enfermedad muy grave, etc.) a menos intensos que los anteriores (desempleo, divorcio, deudas, etc.). También pueden convertirse en factores estresantes situaciones que tienen una valoración positiva para el paciente  como un ascenso profesional, casarse, ser padre, un cambio de domicilio, etc. Los síntomas que suelen aparecer son: ansiedad, inquietud, preocupación, alteraciones del sueño, etc. El paciente se siente desbordado, cree que no tiene recursos suficientes para superar lo que le está sucediendo y por eso solicita ayuda profesional.

Ataques de pánico. De repente, de forma brusca aparece un sentimiento de  miedo intenso y espantoso, como si nos fuéramos a morir inmediatamente. Nos puede faltar el aliento, nos asfixiamos. Puede dolernos el pecho, como si fuéramos  a tener un infarto. Tenemos palpitaciones, el corazón se acelera. La frecuencia cardiaca se eleva de forma intensa. Sudamos, tenemos sofocaciones o escalofríos. Sentimos náuseas, mareo. Podemos pensar que vamos a perder el control y volvernos locos. Solo deseamos escapar de la situación en la que se está produciendo el ataque de pánico que experimentamos. Toda esta activación alcanza su máximo en solo 10 minutos aproximadamente, y después, poco a poco, desaparece, pero nos deja muy afectados.

Agorafobia. El paciente siente una intensa ansiedad en lugares donde escapar puede resultar difícil o en situaciones, como espacios abiertos y con aglomeraciones de personas,  en las que si sufriera un ataque de pánico, no tendría posibilidades de recibir la ayuda conveniente. La conducta del paciente se traduce en evitar este tipo de situaciones, que pueden ser: no salir de casa si no va acompañado de una persona de su confianza, no quedarse solo en casa, no ir a sitios donde hayan grandes aglomeraciones humanas, no encerrarse en ascensores, coches, autobuses, etc. Esta enfermedad interfiere notablemente en la calidad de vida de la persona, pues la inhabilita para cumplir con obligaciones laborales, académicas, domésticas, sociales, etc.

Fobia simple. El paciente siente un miedo muy intenso ante situaciones muy específicas: la sangre, las heridas, las inyecciones, ascensores, puentes, túneles, conducir un vehículo, perros, cucarachas, etc. El paciente es consciente de que su miedo es irracional y excesivo, pero no lo puede controlar.       
El miedo  que siente el paciente ante el estímulo fóbico puede anticiparlo y entonces evita la situación, y así desaparece el intenso malestar que siente, que puede llegar a convertirse en un ataque de pánico. La fobia que tiene el paciente puede interferir significativamente en la calidad de vida,  limitando las oportunidades laborales o de diversión (p. ej. Miedo a volar).

Fobia social. El paciente presenta un intenso miedo a situaciones en las que tiene que interactuar socialmente. Ante estas situaciones, el paciente anticipa ansiedad, p.ej.  hablar en público, mantener una conversación, ir a fiestas, etc. Es frecuente encontrar en las personas que padecen este trastorno   
un sentimiento de inferioridad y baja autoestima que provoca preocupación ante la evaluación que de él puedan hacer los otros. Por ej. le preocupa que lo vean débil, tembloroso, que lo rechacen. El paciente presenta síntomas como enrojecimiento de la cara, palpitaciones, temblores. Intenta evitar las situaciones sociales que le generan ansiedad, y eso hace que padecer este trastorno limite las oportunidades de su propio desarrollo personal.

Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) cuando hablamos de "obsesión" nos referimos a cualquier pensamiento o imagen mental que permanece en la conciencia de la persona, de forma repetitiva e indeseada. La "compulsión" es la actuación estereotipada de la obsesión que tiene la persona.        En las obsesiones siempre está presente la necesidad de realizar algún ritual; este ritual va siempre acompañado de ansiedad. Si este ritual es interrumpido, desencadena en el paciente una crisis de irritabilidad y agresividad. Las obsesiones más frecuentes suelen ser: - sobre daños o peligros potenciales - sobre la suciedad, los gérmenes,…Y las compulsiones más frecuentes: - lavado de manos - manipulación de objetos, ordenación, etc.

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